Emilio Julián Neffa
Emilio Julián Neffa
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| Emilio Julián Neffa |
Emilio Julián Neffa fue uno de los primeros libaneses en llegar al Uruguay. Según la Embajada del Líbano en Uruguay, fue el primero en llegar al Uruguay en 1890[1]. Nació en 1854 en Beit Shabeb, en el actual Líbano.
Fue un pionero de la inmigración. Era un hombre grueso, de mediana estatura y de largos bigotes. Arribó a Uruguay después de estar un tiempo en Barcelona donde trabajó con prosperidad, adquiriendo tierras. Se instaló con comercio en Montevideo donde estuvo tres o cuatro años y regresó a su patria, casándose en 1895 con Labibe Hobeiche, nacida en 1876 en Gazir, Líbano y fallecida el 30 de marzo de 1930, en Montevideo. Era una mujer elegante, de exquisitos y delicados modales. En el Uruguay nacieron sus diez hijos: Leonor Dalil Neffa de Basil, Waded Neffa de Nakle, Juan Emilio Neffa, Milano Neffa, Amín Neffa, Margot Neffa de Rath, Virginia Neffa de Benas, Eugenia Neffa, Rosa Neffa de Latiff y Anuar Neffa.
En la última década del siglo XIX puso registro en la calle Patagones (hoy calle Juan Lindolfo Cuestas) en la Ciudad Vieja, “transformada en un rincón del Líbano en Montevideo, un gran bazar en el recorrido de dos cuadras”[2]. Fue comerciante e industrial. En 1908 compró una quinta en Av. Millán y Molinos de Raffo, que tiempo después fraccionó en parcelas, vendiéndoselas a sus compatriotas. Donó al Municipio capitalino dos calles que actualmente llevan los nombres de Benito Álvarez y Rosalía de Castro; esta última, hacia la parte sur, lleva su nombre: Emilio Julián Neffa.
Hombre rico, poseía propiedades en otros lugares de la ciudad. En la zona de Millán y Raffo instaló un complejo fabril de tejidos, jabón, espejos y colchas finas, donde dio trabajo a cientos de personas. En Rincón y Treinta y Tres abrió registro de importación y exportación.
Emilio Julián Neffa ponía empeño en ayudar a sus compatriotas emprendedores, facilitándole los medios necesarios. El Gobierno Turco Otomano, bajo cuya autoridad se hallaba por entonces el Líbano, le otorgó el título de Beik[3], condecorándolo en 1910 por intermedio del Emir Amín Arislam, Embajador en Buenos Aires, como benefactor de la colonia libanesa en Uruguay.
Durante varias décadas Emilio Julián Neffa junto a otros emprendedores[4] y destacados libaneses, ejercieron, por su posición económica y su prestigio, un papel importante dentro de la colectividad. Iban a esperar a sus connacionales al puerto de Montevideo, les proporcionaban mercadería y el Kache[5] para trabajar, vivienda, asistencia hospitalaria, y los medios necesarios para sostenerse durante los primeros tiempos. Muchas veces llegaban en grupos familiares o de un mismo pueblo, entre quienes se encontraban los más modestos, los más pobres, los humildísimos campesinos deslumbrados por la riqueza de América y escapando de la muerte segura de la guerra, quienes, con el cajón (kaché) al hombro, recorrían la desolada campaña oriental buscando la esquiva fortuna. Esos ignorados, desconocidos inmigrantes cuyos nombres no perduran en la memoria de las generaciones, ni en las hojas amarillentas de la historia han forjado la epopeya inmigratoria libanesa en el Uruguay.
Algunos, con el fin de escapar al reclutamiento militar forzoso que hacían los turcos se embarcaban en Beirut hacia Egipto como “turistas” para luego desde allí emprender viaje hacia los puertos de Génova o Marsella en Europa y luego hacia el Río de la Plata. Después de casi dos meses de viaje, arribaban al puerto de Buenos Aires o Montevideo, algunos de ellos solo pronunciando tres palabras en español: “Montevideo Emilio Neffa”.
Para ilustrar esto, se presenta un pasaje de la entrevista que le realizaran al Sr. Eduardo Adda (Presidente de la Sociedad Libanesa de Uruguay, año 2006):
Adda: Había muchos libaneses que llegaban sin saber nada; traían apenas unos nombres de unos libaneses que ya estaban acá. Por ejemplo, uno de los fundadores de esta institución, que fue el que se instaló con una fábrica aquí, a la vuelta, era uno de los que recibía gente. A la mayoría o les daba trabajo o los higienizaba o les daba de comer o les daba algún dinero o les daba el cajón con la mercadería y los ponía al tren, y allá adónde iba el tren, allá se quedaban.
Entrevistador: ¿Recuerda el nombre de esa persona?
Adda: Don Emilio Julián Neffa; ese fue el fundador. La calle enseguida de Raffo, que corta Millán, se llama Emilio Neffa. La familia Neffa es una familia muy importante en el Líbano.”
Entrevistador: ¿Cómo se funda esta Asociación Libanesa?
Adda: El primer club Libanés nace en la Ciudad Vieja. Después, vino un libanés que se instaló acá, en la zona de Millán y Raffo, con una fábrica muy grande de tejidos y empezó a traerlos acá. Empezaron a progresar y a comprar terrenos en esta zona. Entonces, surge la necesidad de tener dos cosas, una distribución social y una religiosa. En el año 24 vino al país, porque lo pidieron todos los libaneses de acá, la Misión Maronita. Y en el año 30 se funda la Sociedad Libanesa, que es una sociedad que se instala aquí, por razones geográficas, es decir, para los libaneses que estaban en esta zona. No se crea que fue por divisiones de otra índole. En esta zona había muchos libaneses y se quisieron nuclear en una institución cercana. En principio, se fundó como Sociedad Libanesa de Socorros Mutuos. Cubría una necesidad de estar juntos, y funcionaba, de hecho, en ese sentido; por ejemplo: "mirá, fulano está enfermo, no tiene para remedios". Bueno, se juntaba y así lo iban a auxiliar. Después, las leyes nacionales empezaron a exigir para ese tipo de sociedades otra reglamentación. Incluso, tenían que tener dentro de su directiva personal un médico, tenían que aportar a la caja profesional… Entonces, llegó un momento en que no se pudo seguir con la Sociedad de Socorros Mutuos y se transformó en una sociedad social, digamos.”[6]
Otro registro que hace mención al desarrollo industrial y comercial de Emilio Julián Neffa en aquellos tiempos es el que se menciona en la página web de la Sociedad Libanesa del Uruguay:
El primer lugar de residencia de aquéllos inmigrantes fue la zona cercana al puerto de Montevideo, lugar donde llegaron, la llamada Ciudad Vieja. Luego muchos de ellos se fueron trasladando al norte de la ciudad, a la zona de Sayago, de Millán y Raffo, ya que allí había un emprendimiento industrial de un libanés, Emilio J. Neffa y era su fuente de trabajo. A fines de los años 20 la mayoría de los libaneses vivían allí y esa es la razón por la cual llegó la Iglesia Maronita, que además tenía el colegio para sus hijos[7].
A fines de 1921 un núcleo de libaneses resolvió fundar una entidad social. El 19 de marzo de 1922 los fundadores, reunidos en la que sería durante un tiempo sede propia en Colón 1575, eligieron su primera Comisión Directiva, siendo uno de los vocales Emilio J. Neffa. La inauguración oficial del Club Libanés se llevó a cabo el 17 de febrero de 1922.
El 10 de agosto de 1922 se fundó la Liga Patriótica Libanesa: La Liga tuvo por finalidad “el fomento de la colonia Libanesa radicada en el país”[8]. En los estatutos se destaca con admirable prodigalidad a Emilio Julián Neffa junto a otros destacados libaneses.
En 1928 apoyó a la Misión de la de la Iglesia Maronita en Uruguay, la cual colocó el 29 de agosto de 1929 la Piedra Fundamental de la Iglesia y Casa de la Misión en Molinos de Raffo 926.
En 1929 participó en la creación de la Sociedad Libanesa y el 1ero de Setiembre de 1930, en Av. Millán 4531, se llevó a cabo una asamblea con más de cuarenta personas. Allí nació la Sociedad Libanesa de Socorros Mutuos. La finalidad perseguida por entonces era “crear un fondo de recursos destinado al beneficio de los miembros que la constituyen”[9], siendo Felipe Ache su primer Presidente, Michel Basil, Secretario y Salomón Elías, Tesorero[10].
Emilio Julián Neffa falleció en Montevideo el 24 de octubre de 1936 a la edad de ochenta y dos años[11]
En 1939 la Junta Departamental de Montevideo designó la calle “Emilio Julián Neffa”, calle que accede a la Av. Millán, entre Cmno. Molinos de Raffo y Benito Álvarez, en el Barrio Sayago. Se menciona en el nomenclátor de la ciudad que en 1930 promulgó la fundación de la Iglesia Maronita a la cual prestó valiosa colaboración, nucleando a los residentes de la zona[12].
El 12 de junio de 2015 se conmemoraron los 125 años de la colectividad libanesa en Uruguay, con un acto homenaje a sus destacados miembros en el país. Se realizó una ceremonia en el Paraninfo de la Universidad con la presencia de delegaciones de personas de origen libanés de diferentes departamentos del interior. Contó con la participación de la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, del diputado Pablo Abdala, de la intendente de Montevideo, Ana Olivera y el rector de la Universidad, Roberto Markarian. En dicho acto se conmemoró la llegada de Emilio Julián Neffa en 1890, el primer libanés en instalarse en el país, según lo informara el encargado de negocios de la embajada del Líbano, Alejandro Bitar. La actividad fue auspiciada por la Cancillería, el Ministerio de Educación y Cultura y la UdelaR. Entre los agasajadas personalidades de origen libanes se encuentra el Presidente de la Suprema Corte de Justcia, Jorge Chediak, la actriz y cantante Dahd Sfeir, el arquitecto y director teatral Jorge Curi, el oncólogo Ignacio Musé, el pedagogo José Pedro Lamek y el presidente del Club Libanés, Pedro Abuchalja. Los diputados Omar Lafluf, Pablo Abdala y Amín Niffouri fueron los homenajeados del ámbito político.[13]
Actualmente se estiman en unos 70.000 los descendientes[14] de aquellas primeras familias libanesas que llegaron al Uruguay, siendo luego de la colectividad española e italiana una de las más populosas en el país.
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[1] Página
web de la Embajada del Líbano en Uruguay:
baghdad.mfa.gov.lb/uruguay/spanish/homenaje-celebrado#
[2]
Proyectos educativos de la colectividad sirio libanesa de Montevideo
(1925-1950)- Sylvia Acerenza Prunell
[3] https://en.wikipedia.org/wiki/Beik
[4] Junto a
los comerciantes Alejandro Safi y Juan Miguel, poseedores de casas de comercio
en la Ciudad Vieja.
[5] Kache:
Es el “cajón”, palabra arabizada por los vendedores ambulantes libaneses, en
donde llevaban alfileres, espejos, peines, puntillas, etc., para vender. Podía
ser pequeño para llevar en la mano o de mayor tamaño que se cargaba sobre los
hombros sujeto por una gruesa correa desde la espalda a la cintura. También
podía ser el baúl de los objetos mayores y más valiosos que se llevaban en el
carro. Este poseía numerosos compartimientos con artículos diversos en el ramo
de almacén: fósforo, yerba, azúcar, jabón, etc., y en el de tienda: ropa,
pañuelos, sombreros, medias, vestidos, etc. En los extremos del kache habían
otros compartimientos destinados a las prendas más frágiles (perfumería,
cigarrería, mercería, etc.)
[6] https://www.multiculturalismoenuruguay.com/Docs/Entrevistas/Libaneses
[7] Sociedad
Libanesa http://www.sociedadlibanesa.com.uy/historia.html
[8] Art. 1.
De sociedad Siriana pasó llamarse Libanesa en razón del nuevo status político
que regía al Líbano a partir de 1920.
[9] Libro de
Acta
[10] Sociedad
Libanesa http://www.sociedadlibanesa.com.uy/historia.html
[11]
Intendencia Municipal de Montevideo. Dirección General de Necrópolis.
[12]
Nomenclátor de calle (Montevideo) https://montevideo.gub.uy/aplicacion/nomenclator/4714
[13] Diario
El País 12/06/2015 www.elpais.com.uy/amp/información/conmemoran-anos-colectividad-libanesa.html
[14] https://legislativo.parlamento.gub.uy/temporales/D2014070931-016992763.pdf


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